Este árbol endémico de Cuba oriental presenta una extensión de presencia y un área de ocupación cuyos valores cumplen los umbrales para En Peligro. La población no se encuentra severamente fragmentada y no es posible calcular localidades, debido a que no tiene amenazas. Es una especie muy rara que solo habita en el bosque nublado de la Sierra Maestra, y de la que se conoce en uno de sus sitios menos de 30 individuos maduros; por lo que se estima que deben existir menos de 250 individuos en la población global. En base a esto la especie se evalúa como En Peligro, bajo el criterio D.

Especie endémica de la Sierra Maestra, en el sur de Cuba oriental. Debido al buen estado de conservación de todos sus sitios de presencia no es posible estimar localidades. Su extensión de presencia y área de ocupación se estiman en 345 km² y 20 km², respectivamente, y se mantienen estables.

La población no se considera severamente fragmentada pues la mayoría de los sitios de presencia están dentro de áreas protegidas. Además, la especie posee frutos carnosos que pueden ser comidos por aves que pueden facilitar el intercambio genético entre las subpoblaciones, al igual que la mayoría de las especies de Melastomataceae (Loiselle y Blake 1999, Silveira et al. 2013). Se considera una especie escasa, según Molina, Y (com. pers.), existen 24 individuos maduros en el Gigante por lo que se estima que entre los seis sitios de presencia existan menos de 150 individuos. Sin embargo, por estar en sitios medianamente o muy conservados sin amenazas a corto plazo se infiere que la población está estable.

Árbol endémico que habita en el bosque nublado de la Sierra Maestra, entre los 1.200 y los 1.900 msnm. En sentido general el hábitat de la especie se mantiene conservado. La única amenaza plausible a largo plazo sería el cambio climático (Fuentes-Marrero et al. 2019).

Toda el área de distribución de la especie se encuentra en zonas bastante conservadas y sin amenazas evidentes. En el futuro el ecosistema de monte nublado donde habita puede estar afectado por el cambio climático según las predicciones de Fuentes-Marrero et al. (2019).

No se tiene reporte de su uso y comercio.

El área de distribución de la especie está mayormente dentro del Parque Nacional Turquino y la Reserva Ecológica El Gigante (categoría II UICN) (CNAP 2020). No se conocen planes de gestión ni recuperación de esta especie ni existen colecciones ex situ. Sin embargo, se han realizado acciones de educación ambiental con los pobladores cercanos a la Reserva Ecológica El Gigante, y colectas de semillas para el reforzamiento de la subpoblación en esta área protegida, según registra Molina (com. pers. 2016).